Andrew Holness, primer ministro de Jamaica, dijo que la iniciativa ONU80 puede servir para fortalecer un sistema multilateral que requiere una reforma y revitalización urgentes para satisfacer las necesidades actuales. «Debemos construir un sistema que sea más democrático, representativo y receptivo a los retos cambiantes». Abogó por un futuro en el que el multilateralismo funcione para todos, «ningún país es demasiado pequeño para ser escuchado» y los beneficios de la globalización se compartan por igual. Subrayó que el cambio climático es una realidad cotidiana para los pequeños Estados insulares en desarrollo como Jamaica, lo que supone un retroceso de décadas de avances conseguidos con gran esfuerzo. Jamaica ha demostrado su liderazgo en la acción climática a pesar de sus recursos limitados, entre otras cosas, comprometiéndose a alcanzar emisiones netas cero para 2050 y aplicando un Plan Nacional de Adaptación con medidas específicas para fomentar la resiliencia. Sin embargo, se necesita una financiación predecible y accesible. Los países desarrollados deben cumplir sus compromisos.

Señaló que el sistema financiero mundial es defectuoso, ya que penaliza a las economías en proceso de reforma, como Jamaica, con altos costos de endeudamiento, al tiempo que ignora sus vulnerabilidades. A pesar de la mejora de las ratios de deuda, Jamaica sigue sin tener acceso a una financiación en condiciones favorables debido a unos parámetros obsoletos basados únicamente en la renta per cápita. Jamaica apoya la aplicación del Índice de Vulnerabilidad Multidimensional, que evalúa con mayor precisión las necesidades de desarrollo de los países y su elegibilidad para la financiación en condiciones favorables. 

El diálogo constructivo y el compromiso son la mejor vía para que el pueblo cubano participe plenamente en la economía mundial, afirmó. Jamaica condena el ataque perpetrado contra Israel el 7 de octubre de 2023 y lamenta profundamente las devastadoras consecuencias humanitarias de la contraofensiva en los territorios palestinos. Debe haber una solución justa y pacífica a través de la diplomacia y el diálogo. Apoya un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes.

En cuanto a la crisis en Haití, instó a los Estados miembros, especialmente a los del Consejo de Seguridad, a que pusieran en práctica las recomendaciones del Secretario General. Pidió a los Estados Miembros que proporcionaran el apoyo financiero y logístico necesario para garantizar el éxito de esta iniciativa. También deben abordarse las deficiencias en materia de gobernanza y la fragilidad del marco institucional en Haití. Una vez restablecida la estabilidad, la comunidad internacional debe ayudar a reconstruir las instituciones democráticas, garantizar elecciones libres y justas, ampliar la ayuda humanitaria e invertir en infraestructuras para apoyar la estabilidad a largo plazo. «La recuperación de Haití requiere un apoyo mundial sostenido».

En cuanto a la delincuencia transnacional, dijo que las redes criminales que trafican con armas, narcóticos y personas son amenazas existenciales que desestabilizan las instituciones. Hizo un llamamiento a una «guerra mundial contra las bandas», una campaña internacional coordinada para acabar con el flujo de armas, fondos e influencia que las sustenta. Celebró la cooperación con todos los socios en esta lucha, incluida la interceptación de embarcaciones dedicadas al tráfico de drogas, siempre que se respete el derecho internacional y los derechos humano, y se coordine con los países de la región. Hizo un llamamiento a formar un frente unido contra la delincuencia transnacional, «con la misma urgencia, los mismos recursos y la misma coordinación que el mundo ha aplicado al terrorismo».