Ahmad al-Sharaa, presidente de Siria, dijo que la historia de su país es la de una lucha entre el bien y el mal. Dada su diversidad, Siria enseñó al mundo los valores de la coexistencia a lo largo de la historia. Sin embargo, durante 60 años, cayó bajo un régimen represivo que ignoró esos valores. El régimen anterior utilizó armas químicas, armas de fuego y otros métodos, destrozando el país y matando a casi un millón de personas y desplazando a muchas más, «todo ello para silenciar la verdad».

Sin otra opción, el pueblo organizó una operación militar y derrocó al régimen en una acción que «dio prioridad a la justicia sobre la venganza», afirmó, señalando que la nueva estabilidad proporcionó una vía para que los refugiados regresaran al país. «En consecuencia, Siria ha pasado de ser un exportador de crisis a una oportunidad para la paz, tanto para Siria como para la región», afirmó, detallando las medidas adoptadas para transformar el país. Además, su Gobierno ha concedido acceso a las misiones de investigación de las Naciones Unidas con el fin de que los responsables de las injusticias rindan cuentas.

En este contexto, los ataques israelíes en Siria van en contra de los esfuerzos internacionales por establecer la estabilidad y aumentan la probabilidad de nuevas crisis. El gobierno sirio está comprometido con el diálogo y con el Acuerdo sobre la Separación entre las Fuerzas Israelíes y Sirias Separación de 1974, afirmó, y solicitó el apoyo de la comunidad internacional ante los ataques. El Gobierno estableció una política basada en tres pilares:  diplomacia equilibrada, seguridad y desarrollo económico. Tras haber reforzado sus relaciones diplomáticas, pidió el levantamiento total de las sanciones contra Siria. El nuevo Estado garantizará los derechos de todos sin excepción, afirmó, y añadió: «Estamos decididos a restaurar la gloria, la dignidad y el honor de Siria».

«No deseamos a nadie el sufrimiento que ha padecido Siria», declaró. Por esta razón, «apoyamos firmemente al pueblo de Gaza, a sus niños y mujeres y a todos los pueblos que se enfrentan a violaciones y agresiones». Pidió el fin inmediato de la guerra. «La historia de Siria no ha llegado a su fin», afirmó. «Sigue escribiendo un nuevo capítulo titulado: Paz, prosperidad y desarrollo».