Declaración
Resumen
Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, afirmó que la comunidad internacional debe actuar de forma colectiva para prevenir y poner fin a los conflictos, luchar contra la pobreza y promover los derechos humanos. «El aislamiento conduce a una inestabilidad impredecible, mientras que la unidad fomenta la resiliencia responsable y el progreso compartido». Las Naciones Unidas deben adaptarse a un mundo en plena transformación y seguir siendo eficaces ante la degradación medioambiental, los cambios tecnológicos y otras amenazas emergentes que ningún país puede afrontar por sí solo.
La guerra en Ucrania debe cesar ahora mismo, dijo, renovando el llamamiento del papa León XIV a un alto el fuego inmediato que allane el camino para un diálogo sincero y valiente. En cuanto al conflicto israelí-palestino, r iteró el apoyo de la Santa Sede a la solución de dos Estados, y se hizo eco del llamamiento del pontífice a un alto el fuego permanente, la liberación de los rehenes y el pleno respeto del derecho internacional humanitario. Cualquier decisión o acción unilateral que altere el estatus especial de Jerusalén y el statu quo es moral y legalmente inaceptable, añadió. En cuanto a Siria, destacó la importancia de una transición pacífica y justa, así como la protección de los derechos de los sirios de todos los orígenes étnicos y religiosos, sin discriminación alguna.
Pidió más apoyo a los esfuerzos diplomáticos y políticos para que las partes en conflicto en la República Democrática del Congo cumplan sus compromisos, a la espera de una solución estable. Advirtió contra las acciones en el mar Caribe que podrían desestabilizar la coexistencia entre las naciones y socavar el derecho internacional. Con el apoyo internacional, es de esperar que se puedan establecer las condiciones sociales e institucionales para la paz y la seguridad en Haití. En el sudeste asiático, se necesitan esfuerzos internacionales concertados para hacer frente a la delincuencia transnacional, incluida la trata de personas. En cuanto al futuro de las Naciones Unidas, la Santa Sede pide que se renueve el compromiso con los principios originales consagrados en la Carta. «Es importante resistir la tentación de sustituir esos compromisos por nuevas ideas o programas que corren el riesgo de diluir el cometido de las Naciones Unidas», dijo, haciendo hincapié en la necesidad de lograr un equilibrio entre la promoción de los derechos humanos, la paz y la seguridad internacionales, el desarrollo sostenible y el respeto del estado de derecho.
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Lea también la noticia de la ONU en suajili sobre la declaración hecha por el Secretario de las Relaciones con los Estados de la Santa Sede en el Debate General.
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