Declaración
Resumen
«Independientemente de su tamaño, todos y cada uno de los Estados miembros de la ONU tienen capacidad de acción, es decir, voz y voto en cómo será el nuevo orden mundial», declaró el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, a los líderes mundiales. Es importante que «todos utilicemos esta capacidad de forma sensata y responsable». Los intereses guían las decisiones prácticas de los Estados, lo cual es totalmente legítimo. Este tipo de política exterior se basa en una comprensión realista del poder, explicó. El poder define los límites de lo que es posible para cada Estado. «Sin embargo, los valores deben sustentar todo lo que hacemos» y «sin ellos, la política exterior acabará chocando de bruces con un muro».
Los 193 miembros de la ONU no tienen que estar de acuerdo «en cada pequeño detalle de los valores, pero debemos tener una comprensión común de los fundamentos», prosiguió. Entre ellos, se incluyen la soberanía y la integridad territorial de los Estados, la prohibición del uso de la fuerza y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. «Rusia no tiene derecho a continuar su agresión contra Ucrania», subrayó. Israel no tiene derecho a violar el derecho internacional en Palestina. Los Estados no tienen derecho a utilizar los territorios sudaneses o congoleños para librar guerras subsidiarias en beneficio de sus propios intereses económicos o estratégicos, enfatizó.
«Nuestros valores pueden dividirnos», dijo. Sin embargo, fundamentalmente, deberían unir a las personas en torno a los principios básicos de la humanidad, el estado de derecho y la prohibición de la agresión. La dirección actual es errónea en muchos aspectos, continuó el presidente. Hay más guerras que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. El mundo está cada vez más dividido, al igual que las sociedades, y las medidas para hacer frente al cambio climático y el desarrollo sostenible se están quedando atrás.
En Oriente Medio, la población civil de Gaza padeciendo un sufrimiento inmenso. «La crisis humanitaria, cada vez más grave, ha alcanzado niveles insoportables y representa un fracaso del sistema internacional», declaró ante la Asamblea. Al mismo tiempo, Hamás sigue reteniendo a los rehenes capturados, y muchos de ellos ya han perdido la vida. Es necesario un alto el fuego inmediato en Gaza. Debe garantizarse un acceso seguro y sin obstáculos a la ayuda humanitaria. «Los rehenes deben ser liberados», subrayó. También condenó la violencia especialmente brutal en Sudán, la República Democrática del Congo, Haití, Myanmar y Malí. Las poblaciones civiles no deberían tener que vivir con hambrunas y desplazamientos, afirmó.
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