«Ha llegado el momento de las mujeres», declaró Juan Ramón de la Fuente Ramírez, ministro de Relaciones Exteriores de México, destacando la aplastante victoria electoral de la primera mujer presidenta de su país, Claudia Sheinbaum Pardo. Al describir el «humanismo mexicano» que caracteriza la visión de su Gobierno, afirmó que este tiene como objetivo construir una sociedad basada en la democracia, la libertad, la igualdad y la prosperidad compartida en beneficio de todos, dando prioridad a los más desfavorecidos. Su Gobierno está motivado por una visión de justicia, la separación del poder político y económico, y avanza hacia una «economía moral». Esta nueva forma de hacer política, afirmó, da voz y protagonismo a los históricamente marginados: las mujeres, los indígenas y los afrodescendientes, entre otros.

«Los resultados nos dan la razón», afirmó, como indicaron las cifras de las Naciones Unidas: 13,5 millones de mexicanos han salido de la pobreza; gracias a políticas de justicia laboral y a los programas sociales. Destacó también otros logros, como el programa de reforestación más grande del mundo, la contención de la violencia y el hecho de que una persona indígena sea presidente de la Corte Suprema del país  En un contexto de pobreza persistente y carrera armamentística en medio de un mundo de riqueza exorbitante, que alimenta las llamas de la violencia, pidió una «economía moral del bienestar» en todo el mundo, una paz construida desde abajo y abordar las causas estructurales de la violencia. Además, abogó por el respeto del derecho internacional y los derechos humanos, ya que la guerra tiene un «coste intolerable», e instó a poner fin a las guerras en Gaza y Ucrania.

«Rechazamos especialmente la criminalización de las personas que, por cualquier motivo, se han visto obligadas a abandonar sus hogares y a emigrar, ya sea para buscar refugio o para escapar de condiciones de injusticia o pobreza», continuó. Los migrantes son personas con derechos que se preocupan por sus familias y contribuyen a mejorar las comunidades que los acogen, dijo, subrayando que solo comprendiendo el fenómeno y abordando las causas estructurales se puede avanzar hacia un marco de colaboración global y regional, para avanzar hacia una movilidad más segura y ordenada. «Que no quepa duda», dijo, «México no se cansará de garantizar la protección de los ciudadanos mexicanos fuera del país».