Declaración
Resumen
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El presidente de Cuba pidió “un nuevo y más justo contrato social” y pugnó por repensar los mecanismos de financiamiento para los países del Sur.
Miguel Díaz-Canel señaló que el actual orden internacional es “excluyente e irracional”, además de “insostenible para el planeta e inviable para el bienestar de todos”.
Afirmó que en ese contexto no bastan los esfuerzos de los países en desarrollo para cumplir con las metas de la Agenda 2030 ya que esa labor tendría que ser respaldada con un financiamiento justo y preferencial, acceso amplio a los mercados internacionales, transferencias de tecnología y cooperación Norte-Sur.
Argumentó que la actual arquitectura financiera global es injusta, anacrónica, disfuncional, y perpetúa el colonialismo, y llamó a reformarla.
No existe una sola acción de Cuba que dañe a Estados Unidos.
El mandatario denunció los créditos onerosos y citó que la mayoría de los países del G77 están obligados a asignar más al servicio de la deuda que a inversiones en salud o educación. “¿Qué desarrollo sostenible puede alcanzarse con ese dogal al cuello?”, preguntó, llamando a los acreedores a refinanciar a la deuda en condiciones que no asfixien el avance de las naciones.
El jefe de Estado cubano también solicitó nuevas líneas de crédito para la naciones vulnerables en caso de desastres climáticos y ambientales.
Por otro lado, recordó que Cuba es el país que ha soportado por más tiempo un embargo injustificado y rechazó las sanciones que obstaculizan el desarrollo de las naciones.
“No existe una sola acción de Cuba que dañe a Estados Unidos”, aseveró.
Para concluir, reafirmó el compromiso cubano con el multilateralismo, la acción climática, la promoción de la paz y el desarrollo sostenible.
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