Declaración
Resumen
Anura Kumara Dissanayake, jefe de Estado y presidente de Sri Lanka, afirmó que la pobreza, junto con los problemas que conlleva, proyecta «una sombra opresiva sobre nuestro futuro». Por lo tanto, la Asamblea debe centrarse en erradicarla en sus formas más extremas. Alarmado por las consecuencias negativas de esta situación, especialmente en un mundo tecnológicamente avanzado, preguntó: «¿Cómo puede haber niños sin acceso a la educación?». Como pilar de toda gran nación, la educación es el factor más vital que determina el futuro de una persona, afirmó, y subrayó: «Creemos firmemente que invertir en educación es invertir en el progreso mundial».
Recalcó que el problema de las drogas es una cuestión compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo, y señaló que los cárteles de la droga no solo están convirtiendo Estados enteros en sus cotos privados, sino que también representan una grave amenaza para la salud, la política y el bienestar mundiales. Instó a la comunidad internacional a actuar conjuntamente para aplicar la agenda mundial sobre drogas y delincuencia. «Les recuerdo la necesidad de aplicar estrictamente la ley contra estos traficantes de drogas y evitar que se refugien en nuestros países, así como de crear centros de rehabilitación con fines terapéuticos», subrayó.
Describió la corrupción como una epidemia y un obstáculo para el desarrollo y señaló que la lucha para combatirla es una tarea ardua, pero abogó por tomar las medidas necesarias y añadió que «si el valiente paso que damos es el correcto, le seguirán mil más». En cuanto a la situación palestina, dijo que Sri Lanka, tras haber vivido una guerra de tres decenios, no solo conoce muy bien la inutilidad de la guerra, sino que reconoce el «derecho inalienable de una nación a su propio Estado». Así que pidió a la comunidad internacional «que deje de ser un mero espectador y actúe con determinación para poner fin al sufrimiento de millones de personas».
Las últimas elecciones en Sri Lanka dieron lugar a la creación de un parlamento que refleja su diversidad étnica y religiosa. «Creemos que el deber de los legisladores es procurar el desarrollo del país y su pueblo, no servirse a sí mismos», afirmó. Garantizar que todas las personas disfruten de las oportunidades de la era digital es un reto mundial, observó, para añadir que el éxito en esa tarea abrirá las puertas a la tecnología, acelerará el desarrollo y fortalecerá la gobernanza. «Si fracasamos, la tecnología se convertirá en una fuerza más que agravará la desigualdad, la inseguridad y la injusticia», advirtió. Hizo un llamamiento a la colaboración colectiva para eliminar las desigualdades tecnológicas asociadas a la inteligencia artificial.
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