La presidenta de Eslovenia, Nataša Pirc Musar, destacó que, tras la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, se depositaron esperanzas de una nueva era de paz, seguridad y cooperación duraderas, tal y como se consagra en la Carta de las Naciones Unidas.  Lamentablemente, esa visión no se ha materializado.«De hecho, la situación ha empeorado».  Esto se debe a que el Consejo de Seguridad «no está cumpliendo las expectativas del mundo, si es que alguna vez lo ha hecho».

En lugar de trabajar por la paz, algunos de los cinco miembros permanentes del Consejo «trabajan en beneficio de sus propios intereses». La promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible también se tambalea, ya que millones de personas quedan cada vez más lejos de acceder a los servicios más básicos. El derecho internacional parece «estar al borde del precipicio de la irrelevancia». La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio corre el riesgo de convertirse en una reliquia y los fiscales de la Corte Penal Internacional sufren intimidaciones. Los países se están retirando del Acuerdo de París y de los organismos de las Naciones Unidas, lo que debilita el multilateralismo.

Se preguntó cómo podemos explicar estas tendencias a los niños, si decirles que los poderosos pueden matar con impunidad porque simplemente pueden hacerlo. Para por fortalecer las Naciones Unidas propuso establecer una red permanente de promoción que brinde al Pacto por el Futuro un apoyo político incondicional y sostenido. Asimismo, Propuso la creación de un Foro Global para el Futuro, un mecanismo de naciones que trabajen por el multilateralismo para impulsar la implementación del Pacto. Abogó por la reforma del Consejo de Seguridad, que nunca debería ser un órgano al margen del derecho internacional que defienda algunos intereses en detrimento de otros. Propuso además que la Asamblea solicité una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia obre la legitimidad del derecho de veto de los miembros permanentes del Consejo respecto a dichas normas.

Es preciso abordar la brecha en materia de igualdad de género, afirmó la presidenta Musar. Solo el 13 % de los líderes de organizaciones multilaterales han sido mujeres, y las Naciones Unidas nunca han tenido una mujer como Secretaria General. «¡Hagamos historia!». Al final de esta sesión, debería haber una Secretaria General electa, subrayó. Sin embargo, no solo hay que lograr la representación de género, sino también la igualdad de género real. Beneficia a sociedades enteras y requiere un cambio sistemático. La perspectiva de género debe estar presente en todos los ámbitos de la formulación de políticas de las organizaciones internacionales, como resultado de la participación efectiva de las mujeres y las niñas. Las Naciones Unidas solo pueden tener éxito como comunidad si aceptamos que «no hay futuro para la humanidad sin un cambio de fondo». El mandato del Foro Global para el Futuro consistiría en impulsar ese cambio que serviría de inspiración a cientos de millones de personas.

Los gobiernos, artistas, personas influyentes y visionarios, haciendo uso de la ciencia, la tecnología y la conectividad global, pueden unirse para proteger a la humanidad y crear una voz irresistible que exija acciones concretas de todos los gobiernos en relación con el Pacto por el Futuro, añadió Pueden pedir responsabilidades a los artífices de las guerras, las políticas genocidas y los crímenes contra la humanidad.  Para ello se necesita un liderazgo inclusivo y valiente. «No debemos rendirnos ante un mundo en el que solo prevalece el poder».  Si los líderes no pueden ofrecer nada más que terror, conflicto, contaminación, miedo, desigualdades y guerra, entonces «somos cómplices de crímenes contra nuestra civilización y nuestro planeta». Hizo un llamamiento a rechazar la arrogancia, el odio y la ceguera deliberada ante la desigualdad y la injusticia, las guerras de agresión, los crímenes contra la humanidad y el genocidio, «porque nos destrozan, durante generaciones».  «Debemos hacer lo correcto. No detuvimos el Holocausto, no detuvimos el genocidio en Rwanda, no detuvimos el genocidio en Srebrenica. Debemos detener el genocidio en Gaza. Ya no hay excusas. Ninguna».