Karol Nawrocki, presidente de Polonia, afirmó que el mundo ha cambiado desde la invasión de Ucrania por parte de la Federación de Rusia. «Despertamos de un sueño complaciente en el que aspirábamos a la paz internacional y al respeto del derecho internacional. Ese sueño ya no existe». Las fronteras han dejado de ser intocables y el derecho internacional —«la brújula del orden mundial»— se trata como una sugerencia más que como una norma. Describió la solidaridad del pueblo polaco con la nación ucraniana, que ha abierto sus corazones y sus hogares a un millón de refugiados ucranianos, al tiempo que ha proporcionado a Ucrania apoyo militar y diplomático.

«Nos encontramos en un punto de inflexión en la historia», con el principio de soberanía cada vez más pisoteado, afirmó. Las decisiones que se tomen hoy tendrán consecuencias durante décadas. A la comunidad de naciones democráticas, así como para aquellas que aspiran a serlo, advirtió, este es el último momento para tomar medidas concretas. En ese sentido, subrayó que la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania es una prueba para los principios en los que se basa la ONU. Moscú habla de las «causas profundas del conflicto», pero estas son principalmente ideológicas, ya que considera a otras naciones como propiedad colonial y justifica la invasión como una corrección histórica, agregó.

La violación de las fronteras de Polonia por drones rusos en la noche del 9 de septiembre no fue una coincidencia, afirmó, y aseguró que Polonia siempre responderá a tales actos. Tras señalar que Polonia está reforzando sus lazos con sus socios del Grupo de Bucarest, declaró: «No consentimos los despiadados actos de provocación de Moscú contra nosotros y otros países europeos». No se puede construir una paz duradera recompensando la agresión, afirmó, y añadió que cuando Moscú habla de paz, lo que realmente quiere decir es rendición. Responsabilizar a la Federación de Rusia debería ser un deber común, afirmó, subrayando el apoyo de Polonia a la Corte Internacional de Justicia y a la Corte Penal Internacional, así como su respaldo a la idea de un tribunal especial ad hoc para juzgar a los autores de la agresión. «Si queremos construir una comunidad de Estados democráticos […], entonces debemos ponernos de acuerdo en que la guerra no debe reportar beneficios económicos a ningún agresor», afirmó.

Al referirse a otros desafíos globales, dijo que, en Oriente Medio, Israel tiene derecho a defenderse tras los brutales ataques perpetrados por Hamás en octubre de 2023, pero que sus acciones deben cumplir con el derecho internacional y el derecho internacional humanitario. Polonia respalda la solución de dos Estados y pide a las Naciones Unidas que tome medidas para mejorar la situación. Afirmó también que sin haber tenido un pasado como potencia colonial, Polonia es un socio fiable y de confianza para los países asiáticos y africanos. Coincidió con el presidente Trump en que Europa ha caído profundamente en la «locura ideológica», como se puede ver en sus políticas migratorias y medioambientales y en la compra de gas ruso a bajo coste. Asimismo, describió a los cristianos como uno de los grupos más perseguidos del mundo, y afirmó que los derechos humanos de todos los individuos, desde la concepción hasta la muerte natural, deben ser defendidos, y señaló la candidatura de Polonia a un asiento en el Consejo de Derechos Humanos para el período 2029-2031.