Zoran Milanović, presidente de Croacia, destacó la importancia central de las Naciones Unidas en la historia de su país y describió a la Organización y su Carta como el «refugio seguro» de su país. Añadió que aquella experiencia había aportado «muchas lecciones para el futuro, entre ellas cómo poner fin con éxito a una guerra compleja y llevar a cabo una reintegración territorial pacífica».

En cuanto a las crisis actuales, entre ellas las de Ucrania, Gaza y Sudán, advirtió que los conflictos armados son «más numerosos que en cualquier otro momento de la historia desde la Segunda Guerra Mundial», lo que sobrecarga los sistemas humanitarios y erosiona la confianza en la capacidad del mundo para resolverlos. La paz, subrayó, «es más que silenciar las armas. Requiere prevenir nuevas guerras y romper los ciclos de violencia del pasado», y se basa en la democracia, la gobernanza legítima y el derecho de los pueblos a elegir libremente a sus líderes.

En cuanto al sudeste de Europa, instó a todos los países a abstenerse de acciones que socaven la estabilidad en la región.  Hizo hincapié en la importancia de respetar el Acuerdo de Dayton-París en Bosnia y Herzegovina, junto con el pleno respeto del orden constitucional, la soberanía y la igualdad de los tres pueblos constituyentes. Pidió una reforma del sistema humanitario y señaló que «el respeto estricto del derecho internacional humanitario debe seguir siendo el eje moral del multilateralismo». Trascendiendo la dolorosa experiencia de su país, destacó el liderazgo de Croacia en la Alianza Global para los Desaparecidos, señalando que «las familias siguen buscando a 1744 seres queridos desaparecidos» desde la guerra civil. También mencionó que el país ha encabezado la primera resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre las minas terrestres, aprobada por consenso el 4 de abril.

En cuanto a la tecnología, destacó que «la inteligencia artificial, las capacidades cibernéticas, las tecnologías espaciales y la robótica pueden ser una amenaza o una solución. La elección es nuestra». A continuación, hizo hincapié en la urgencia de la reforma de las Naciones Unidas y defendió la ampliación del número de miembros del Consejo de Seguridad y una mayor representación de las regiones infrarrepresentadas, especialmente África. «El mundo no carece de estrategias, informes o debates. Lo que le falta es valentía y determinación políticas», subrayó. «Encontremos juntos ese coraje y demostremos que el multilateralismo puede estar a la altura de las circunstancias y hacer frente a los retos de nuestro tiempo», concluyó.