Rossen Jeliazkov, primer ministro de Bulgaria, que es miembro de las Naciones Unidas desde hace 70 años, renovó el compromiso de su país con la Carta y con un futuro definido por la unidad. «Para que las Naciones Unidas superen las pruebas de nuestro tiempo, la reforma no es una opción, sino una necesidad imperiosa», afirmó, y expresó su pleno apoyo a la iniciativa ONU 80 del Secretario General para la revisión de los mandatos, la reforma estructural y un uso más eficaz de los recursos. A nivel institucional, el Consejo debe reformarse para reflejar el mundo actual y ser más eficaz, representativo y responsable. «Necesitamos un progreso genuino, con un equilibrio más justo en la composición», afirmó, y pidió un puesto no permanente adicional para el Grupo de Europa Oriental y límites al uso indebido del veto. «La Asamblea General debe seguir siendo el corazón de esta Organización, nuestro foro común para el diálogo y la toma de decisiones», afirmó.

La paz y la seguridad internacionales nunca han estado tan amenazadas desde la adopción de la Carta, y la guerra de agresión a gran escala de la Federación de Rusia contra Ucrania representa un desafío existencial para el orden internacional basado en normas. «No se trata simplemente de un conflicto europeo, sino que amenaza la propia legitimidad de las Naciones Unidas», afirmó. El único camino hacia la paz es claro: debe respetarse la soberanía de Ucrania y restablecerse plenamente su integridad territorial. Bulgaria defiende sistemáticamente los principios de las Naciones Unidas a nivel regional, participando activamente en el Proceso de Cooperación de Europa Sudoriental, el Consejo de Cooperación Regional y la Organización de Cooperación Económica del Mar Negro. «Damos prioridad a la buena vecindad, los derechos humanos y el fortalecimiento del comercio, la energía, el transporte y la conectividad digital», afirmó.

Bulgaria apoya firmemente la integración europea de los Balcanes Occidentales, «basada en los méritos como camino hacia la paz, la estabilidad y la prosperidad», afirmó. La región del Mar Negro sigue siendo estratégicamente importante para la seguridad y la resiliencia energética de Europa, y Bulgaria trabaja para convertirla en un espacio de estabilidad y desarrollo sostenible. El 1 de julio de 2025, Bulgaria asumió la presidencia del Proceso de Cooperación del Sudeste Europeo y de la Organización de Cooperación Económica del Mar Negro, reforzando su liderazgo en la promoción de la seguridad, la estabilidad y la resiliencia regionales. Como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para el período 2024-2026, Bulgaria se ha comprometido a promover los derechos humanos mediante el diálogo y la cooperación.

El desarrollo sostenible no puede separarse de los derechos humanos, la paz y la seguridad, por eso Bulgaria sigue plenamente comprometida con la Agenda 2030, afirmó. El 23 de julio de 2025, su país presentó su segundo examen nacional voluntario en el Foro Político de Alto Nivel. Como contribuyente al desarrollo mundial, Bulgaria lleva a cabo proyectos tangibles y establece asociaciones sostenibles para lograr un mundo más justo y equilibrado a través de su programa nacional de desarrollo «Bulgaria 2030». «El camino por recorrer es largo, pero nuestra determinación debe ser inquebrantable», afirmó. «Comprometámonos, una vez más, a trabajar codo con codo, a defender los principios de la Carta de las Naciones Unidas y a garantizar que la paz, la dignidad y las oportunidades se hagan realidad para todas las personas del mundo».